John Gerrard: 'En el cielo no existen fronteras', la obra que enmudece a todo el mundo en el Palacio de San Francisco

??Qu?? significa una bandera sin color en un tiempo de nacionalismos crecientes? Est?? hecha de vapor: se esfuma en el aire, pero ondea en un espacio virtual. Es, al mismo tiempo, fr??gil y permanente. Y recuerda, como se??ala Gerrard, que en el cielo no existen fronteras y que la atm??sfera es compartida por todos.

Durante su primera visita a Bogot?? este a??o, el artista irland??s recorri?? humedales y descubri?? la conexi??n ??ntima de la ciudad con el agua. La idea de traer su bandera a Bogot?? y que ondeara en el Palacio de San Francisco fue del curador Jos?? Roca y del director art??stico Juan Ricardo Rinc??n Gaviria, de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25. Ellos, cuenta Gerrard, encontraron en Surrender la pieza ideal para esta primera edici??n.

En 2023 ya hab??a presentado esta obra durante el concierto inaugural de la banda U2 en el Sphere de Las Vegas. La pieza surgi?? justamente en di??logo con la banda. ???Quise hacer una bandera sin color que apuntara hacia un futuro sostenible, m??s all?? del petr??leo. Una bandera colaborativa, porque no pertenece a ninguna naci??n. La bandera blanca es ambigua: significa paz, pero tambi??n rendici??n. Y la pregunta es: ??qu?? significa hoy rendirse????.

John Gerrard (1974) es uno de los artistas m??s reconocidos en el uso de im??genes en movimiento: simulaciones digitales en tiempo real para crear mundos virtuales. Sus obras abordan conflictos sociales y la crisis ecol??gica a trav??s del mismo software que sostiene la industria del entretenimiento, la econom??a y la guerra. Su m??todo combina datos satelitales, escaneo 3D, captura de movimiento y documentaci??n fotogr??fica exhaustiva para producir esculturas en el espacio virtual. Ha expuesto en la Bienal de Venecia, el Centre Pompidou en Par??s y la Tate Modern en Londres. Con piezas como Western Flag (2017) o Flare (2022), ha explorado las tensiones entre energ??a, poder y medioambiente, transformando s??mbolos cotidianos, como una bandera, en preguntas cr??ticas sobre el presente.

La obra de Gerrard es uno de los picos de la Bienal y su presencia consolida a Bogot?? dentro del circuito global de grandes capitales art??sticas.

??C??mo fue el proceso de curadur??a para seleccionar la obra que traer??a a la Bienal?

Inicialmente pensamos en un sitio: el flujo de agua en la avenida de Las Aguas, en Jim??nez. Observamos ese espacio, pero al final la movimos al palacio. En nuestra primera visita a Bogot?? fuimos al humedal La Conejera, que ha sido rescatado en las ??ltimas d??cadas. Bogot?? es como una especie de ciudad l??quida, b??sicamente. Todo eso fue parte de la investigaci??n que hicimos. Pero al final, la pieza se presenta en un cubo con espejos en una gran pantalla led. Nos alejamos un poco del r??o, pero esta idea del agua, el intercambio y el flujo, permanece.

??Qu?? le interesa de pensar la bandera, un s??mbolo tan cargado hist??ricamente, en clave digital y como un flujo de datos?

Ah?? surge la pregunta: ??qu?? significa hoy una bandera blanca? ??Por qu?? una bandera hecha de vapor de agua? ??Es acaso una bandera del fracaso? ??O una bandera que podr??a representar distintos tipos de comunidades, de sistemas, de resistencias? Fundamentalmente, la obra que traigo a Bogot??, la bandera Surrender, es una simulaci??n, un mundo virtual. Est?? construida en un motor de videojuego, y los motores de videojuego tratan del flujo de datos. Medios hist??ricos como el cine o el video son registros o im??genes fijas. Pero un motor de videojuego trata de informaci??n en tr??nsito, trata de flujo.??

Me recuerda a otra de sus obras: Washington Stream (2020), un flujo pero de luces y tr??fico.??

S??. Hay dos capas en la idea de flujo: la primera es el flujo visual, como el ondear de una bandera o el tr??fico que pasa. Pero en un sentido m??s b??sico, estos mundos est??n hechos de datos, de informaci??n que fluye. El computador crea el mundo, lo muestra y lo descarta, y vuelve a empezar. En el siglo XX ten??amos cine; en el XXI tenemos motores de video-juego. Es una gran diferencia. As?? que la pieza para Bogot?? es en un mundo del siglo XXI, un mundo virtual.

Si es un mundo del siglo XXI, ??qu?? futuro imagina esa bandera?

Esa bandera, en cierto modo, apuntar??a a un futuro que es sostenible, en primer lugar. Por lo tanto, tiene que ser un futuro que funcione con energ??as sostenibles como el viento, el sol, la energ??a hidr??ulica y todas estas energ??as sostenibles. No podemos seguir alimentando el mundo con petr??leo. Por lo tanto, esta es, en primer lugar, una bandera pospetrolera. Es una bandera m??s all?? del petr??leo, en cierto modo. Y tiene cierto sentido que sea una bandera colaborativa, porque no tiene color. No es como la bandera estadounidense, la china o la brit??nica, sino que es una bandera blanca sin color. E, hist??ricamente, la bandera blanca es bastante ambigua. Por un lado, significa paz. Pero tambi??n significa rendici??n. Y supongo que quiz?? la pregunta es: ??qu?? significa la palabra ???rendici??n??????

??Qu?? diferencia espera en la recepci??n de la obra por parte del p??blico bogotano respecto a otras ciudades?

Cuando la obra se presenta en el espacio p??blico, el p??blico la hace suya. Me interesa escuchar lo que dir??n en Bogot??. Acept?? venir para pensar en la ciudad y, en ese proceso, visit?? los humedales y descubr?? los antiguos sistemas ind??genas de manejo del agua, un conocimiento sobre el que Bogot?? est?? construida y que solo ahora empiezo a comprender. Eso me result?? fascinante. Colombia, adem??s, tiene una relaci??n particular con Estados Unidos: un vecino poderoso y, en cierto modo, hist??ricamente dif??cil. Sin embargo, esta bandera sugiere que debemos centrarnos menos en las fronteras y colaborar m??s. En otras partes del mundo, la obra ha generado reflexiones sobre energ??a, sostenibilidad y l??mites geopol??ticos. En Bogot?? podr??a dialogar de forma distinta, justamente por esa relaci??n con Estados Unidos y con el nacionalismo.

Hablando de paz y rendici??n, Irlanda y Colombia comparten una poderosa memoria hist??rica sobre el conflicto y la violencia pol??tica. ??Qu?? posibilidades cree que ofrece hoy el arte en el ??rea digital para resignificar esas heridas colectivas y acompa??ar procesos de paz?

Dir??a que mi inter??s m??s constante en el trabajo es el lugar donde se encuentran el poder y la energ??a. Poder en un sentido energ??tico, pero tambi??n pol??tico y social. La energ??a puede animar, pero tambi??n destruir. Un ejemplo claro es Western Flag, inspirado en Spindletop, Texas, donde comenz?? la gran explotaci??n petrolera en 1902. El siglo americano, el siglo XX, fue un siglo petrolero. Y si saltas desde aqu??, en el medio, tienes otra pieza llamada Flare, que yo llamo ???el presente ardiente???, que se basa en el mar cerca de Tonga. Y para terminar el tr??ptico, porque se trata de un tr??ptico, terminamos con Surrender.??

Usted se pregunta qu?? significa hoy rendirse.

La pregunta subyacente es sobre la rendici??n, es decir, ??qu?? va a ceder cada uno? En ingl??s se dice give something up, es decir, ceder algo, renunciar a algo. ??A qu?? se rinde uno? ??Renuncia a cierta comodidad, a cierto calor, a cierta comida, a cierta movilidad? Es una pregunta. Y la mayor??a de la gente dice: ???Yo no me rindo a nada, a nada en absoluto???. As?? que el mundo simplemente se calentar?? m??s y m??s. As?? que s??, esta obra es una especie de desaf??o. Es un peque??o desaf??o.

??Por qu?? elegir la forma de una bandera, un s??mbolo tan asociado con fronteras y violencia???

En el sentido m??s puro, la bandera representa al Estado-naci??n: une a los ciudadanos bajo un est??ndar com??n, incluso cuando hay disputas pol??ticas internas. No creo que la bandera est?? inherentemente ligada a la violencia, aunque el nacionalismo s?? lo est??. Hoy sigue siendo popular porque permite crear identidad, desde los deportes hasta las guerras. Sin embargo, internet es un espacio sin fronteras, y mis obras son mundos virtuales, irreales. De hecho, uso un motor de videojuegos llamado Unreal Engine, lo cual enfatiza esa condici??n de lo no real. A menos que haya una guerra civil, los partidos pol??ticos pueden estar en desacuerdo, pero no estoy seguro de que la bandera est?? intr??nsecamente asociada con la violencia. Creo que es el nacionalismo el que suele vincularse con el surgimiento de la violencia. Y, en cierto sentido, la bandera permite a un grupo de personas crear identidad, algo muy popular y extendido: a la gente le gusta que sus equipos deportivos operen bajo un Estado-naci??n, y no parece que eso vaya a debilitarse. Lo ??nico que dir?? es que internet carece de fronteras: lo habitamos de manera bastante libre, como lo hace la nueva generaci??n en plataformas como TikTok. ??Y d??nde est??n? En realidad, podr??an estar en un servidor en Estados Unidos. Es decir, ??d??nde existes digitalmente? Y no olvidemos que se trata de mundos virtuales que veremos en Bogot??: mi mundo virtual.

Con frecuencia se habla de lo digital como una amenaza para las artes, pero en su caso parece una herramienta para abrir nuevas dimensiones sensoriales y art??sticas. ??Qu?? debates o recelos ha despertado esto dentro del campo art??stico?

Creo que el arte debe ser contempor??neo. La tecnolog??a digital transform?? el mundo en los ??ltimos 25 a??os: el trabajo, la comunidad, la m??sica. Ser??a extra??o que no transformara tambi??n el arte. Hoy, muchos museos y bienales a??n est??n algo desconectados de esto. En mi caso, trabajo con motores de videojuego, pero tambi??n con navegadores web. Mi pr??xima obra, Spirits, se lanzar?? en diciembre en l??nea. As?? que, para m??, el arte contempor??neo debe tratar con la computaci??n, la red y el navegador. Si no lo hace, est?? fuera de lugar.

??Qu?? papel tiene la IA?

Creo que hay preocupaciones sobre la IA desde el punto de vista ecol??gico, como el tipo de energ??a que necesitan los servidores y ese tipo de cosas, pero no me preocupa que la IA vaya a desplazarme. De una forma curiosa, cuando entro en una exposici??n, yo experimento cosas, entran en mi conciencia, formo nuevas ideas y luego produzco nuevas obras. Todo se trata de intercambio. Si no quieres que nadie absorba o reelabore las ideas que est??s presentando, entonces no puedes presentar nada. La IA es parte de un conjunto m??s amplio de intercambios, de intercambios culturales complejos. No lo veo como una ruptura enorme. Pienso que es una extensi??n de la conciencia humana, no un cambio radical. S??, un cambio, pero no una fractura masiva.??

La Bienal invita a pensar la ciudad como obra de arte y reflexionar sobre la felicidad. ??Qu?? puede aportar su obra en Bogot???

Creo que los mundos que construyo son muy est??ticos. Son completamente digitales y completamente virtuales, pero muy satisfactorios de presenciar. Son bastante bellos, en cierto sentido. No quiero sonar pretencioso, pero s??, son agradables de experimentar. Y tambi??n son curiosos. Tienen esa cualidad de atracci??n. Y al mismo tiempo son irreales, virtuales. Hay una frialdad en lo virtual, una especie de distancia, porque no es real. Yo dir??a que all?? aparece una peque??a ansiedad: uno presencia algo atractivo e interesante y, al mismo tiempo, un poco inquietante, preocupante o tal vez perturbador. ???Esta obra es bella, me hace sentir de esta manera, y quiz?? tambi??n me conmueve un poco???, en relaci??n con estos temas del flujo de los que hablamos.??

Usted vino a Bogot?? con la idea de explorar los caminos del agua, los humedales y los manejos ancestrales como un rol central en la ciudad. ??Qu?? pregunta le deja eso?

El agua es el ejemplo supremo del flujo, porque no puedes detenerla: siempre est?? en movimiento y, en cierto punto, siempre seguir?? su curso. Volviendo a los humedales, creo que la bandera Surrender es muy interesante respecto a lo que la modernidad debe hacer para reequilibrar la Tierra en el siglo XXI, para construir un futuro m??s bello y, digamos, m??s feliz para Bogot??. La pregunta es: ??c??mo trabajamos con los flujos que tenemos, de sol, agua, aire y vida para crear un futuro mejor, o quiz?? un futuro m??s feliz? Esa es una de las preguntas que la obra intenta plantear.